La repentina aparición de Sara durante la lectura del testamento de Don Severiano causa indignación entre sus hermanos

El abogado de Don Severiano ha llegado a la hacienda Santa Catalina para proceder a la apertura y lectura del testamento del empresario. Sus cinco hijos están reunidos esperando noticias. Don Severiano ha dejado preparado un vídeo en el que les cuenta a todos sus intenciones. En principio, todo se repartirá a partes iguales entre los hermanos, pero tiene una sorpresa que darles. Desde la tumba, Don Severiano les confiesa a sus hijos que tienen una hermana y que se llama Sara.

Cuando ellos escuchan la noticia no salen de su asombro y se preguntan dónde estará esa tal Sara. Ella entra en el salón donde están reunidos para reclamar su lugar en la herencia. Los cinco hermanos no dan crédito. Por un lado, eso supone que habrá que repartirlo todo entre más personas, pero sobre todo, demuestra que su padre tenía una amante y que nunca les confesó la existencia de una hermana.

La mayoría de ellos están muy indignados y se niegan a aceptar la evidencia. Juan, como el mayor de ellos que es, toma la iniciativa y exige una prueba de ADN para confirmar que es realmente parte de la familia. Las pruebas no mienten; Sara es hija de Don Severiano y por tanto, hermana de los del Monte. Por si esto fuera poco, Don Severiano ha puesto unas determinadas condiciones para que se pueda llevar a cabo la repartición del testamento.